CARTA DE FERNANDO PRIETO

Esta es la carta que nos dejó Fernando en el hotel a manera de despedida. Fernando Prieto es colombiano, dictó el Taller de teatro callejero en el TEATRO TRUENO 2007. Nos tomamos la libertad de publicarla en el blog porque es también una devolución del encuentro.

Preferí escribirles mis impresiones para intentar no olvidar nada de lo que me gustaría decirles. Me siento muy impresionado con lo que hicieron, no porque no creyera que fueran capaces de hacer algo bueno sino por la manera como lo hicieron y lo ofrecieron al público, a los grupos y a la gente participante. Ratificaron mi idea de que es hora de comenzar a ganar mayores espacios en el teatro latinoamericano, hacer lugar entre los grupos que nos llevan años, no por desconocer lo que hacen, sino para darles un nuevo aire a lo que se viene realizando.Este encuentro que ustedes han hecho de manera soberbia, inteligente y humilde, no debe quedarse en el olvido, no permitan que las hojas del recuerdo lo cubran de nostalgia, por el contrario, exploren lo que sintieron, lo que percibieron, lo que les gustó y lo que no (el buen amante es el que se piensa desde su cuerpo luego de una noche de excelente sexo y creo que es eso lo que ahora les corresponde).
Las felicito por las obras, a excepción de un par todas estuvieron muy buenas. Yo que he tenido la fortuna de estar en varios festivales de Latinoamérica como espectador o participando, les digo que en los encuentros que yo agruparía con características similares al que organizaron, este ha sido el mejor. Por ahí faltó la parte del encuentro a la que yo tanto le huyo(gracias por no hacerlo jejeje) donde los grupos hablan de sus experiencias y se alimentan el ego, perdón, se alimentan de la experiencia de los otros. Otra crítica es quizás el pensar si tres obras cada noche no es mucho, sino sería mejor dos, y un día más por ejemplo, pues después de la segunda se entra con otra energía (o si la obra es muy buena, como pasó con el grupo de mar del plata,como que uno se siente satisfecho de lo visto y ya fué). En fin, son sólo ideas. De corazón les digo gracias, en primera instancia por invitarme y en segunda por tener la valentía y el coraje después de haber presenciado el desastre mendocino, de hacerlo. En esta bella invitación me encontré con amigos que quiero mucho, una vez más (con los chilenos) y por primera vez (con otros) empezamos a ratificar la idea de algo que veníamos sondeando hace rato. La propuesta es construir una red latina, un circuito con pocos grupos inicialmente que podamos apoyarnos para ir a otros países (donde sería un encanto tenerlas). Eso y otro par de cosas que queremos hacer se dieron aquí en Necochea y gracias a su hospitalidad, bellas damas (me enamoraría de las dos si mi corazón no tuviera dueña, callaría ese amor solo por desearlas en secreto eternamente jajaja). Me voy felíz por lo que vi, por haber compartido sus casa y el olor de sus hogares, por su manera romántica de ver el teatro y por la humildad con la que hacen su excelente trabajo como productoras, directoras, escritoras y actrices.
Este lugarcito de nuestro macondiano continente se ha sumado a los lugares a los cuales mi vida andariega recordará con agrado cuando las hojas blancas de mi pelo (si es que llego a viejo con hojas blancas en mi pelo y no calvo como parece ser) se acentúen en la testa. Cuenten conmigo como su vocero, su amigo, su cómplice y uno más de la batalla que entre varios vamos a ganar, que no es otra que la del Quijote contra los molinos de viento, donde el teatro es el lugar que el imaginario encuentra para sus historias.
Besos para las dos, y obviamente para cada una.